El Carnaval de Panamá convoca cada año a miles de visitantes de todas las nacionalidades en busca de diversión, fiesta y tradiciones. Vivirlo en primera persona es una experiencia inolvidable no solo para los panameños sino también para los numerosos turistas que quieren conocer esta festividad y buscan un lugar diferente a otros más conocidos como Río de Janeiro.
El Carnaval de Panamá no tiene nada que envidiar al brasileño y también es probablemente la fiesta más importantes del país, especialmente en algunas zonas como Las Tablas o Chitré.
Las calles de las ciudades panameñas se convierten en pura fiesta las 24 horas del día. La música, los vestuarios de los participantes en los desfiles y los carros alegóricos con sorprendentes personajes te dejarán con la boca abierta.
Como en el resto del mundo, el Carnaval de Panamá se celebra en el mes de febrero. La fiesta dura cuatro días comenzando el viernes anterior al miércoles de ceniza y finalizando con el entierro de la sardina, el martes siguiente.
Origen del Carnaval de Panamá
El origen de esta fiesta se remonta a la antigua Roma, cuando los romanos celebraban unas fiestas en honor al Dios Pan llamadas “lupercales” relacionadas tanto con los Carnavales como con el Día de San Valentín. De ahí que estas dos tradiciones que en la actualidad continúan en auge comenzaran a celebrarse.
La fecha de su origen en Panamá que algunos historiadores han señalado es a partir de 1850 y es así como se ha registrado en La Estrella de Panamá, el diario más antiguo del país. Otros sin embargo, hablan de épocas coloniales cuando algunas personas se vestían de reyes, esclavos, soldados… que simulaban batallas partiendo desde la Avenida Balboa en la capital, Ciudad de Panamá. En el año 1910, el entonces alcalde de la ciudad, José Agustín Arango, publicó un decreto en el que se hicieron oficiales los Carnavales en Panamá, eligiendo además a una reina que se hizo famosa por su gran belleza y que fue sucedida cada año por otras mujeres hasta la actualidad.
¿Por qué venir a Panamá en Carnavales?
Te damos algunas razones de por qué el Carnaval de Panamá es un buen momento para viajar a este país.
1. Todo se paraliza para vivir la fiesta
Si quieres vivir el Carnaval de Panamá te gustará saber cómo se celebra. Para los panameños es un fiesta muy importante, tanto o más que la Navidad o la Semana Santa. Durante esos días, las calles de la capital y de las principales ciudades donde se vive con más intensidad quedan absolutamente destinadas a la fiesta, el jolgorio y la alegría.
De hecho, en Año Nuevo, comienza la fiesta con la salida de los culecos y mojaderas como presentación de lo que vendrá en el mes de febrero.
Son cuatro días muy intensos lejos del trabajo, la oficina o las compras que son sustituidos por numerosos desfiles, carrozas, bailes, disfraces y máscaras que se encuentran por las principales calles tanto de la capital como del resto de poblaciones donde se celebra a lo grande.
2. Colorido y espectáculo de día y de noche

Detalle de trajes de las reinas de Las Tablas. Foto: Dan Usher
La fiesta no para ni de día ni de noche tanto en Ciudad de Panamá como en el resto de ciudades. La elección de la Reina del Carnaval da paso a unos días intensos de diversión, donde grandes y pequeños disfrutan al máximo de algo tan esperado durante todo el año. Los desfiles son puro espectáculo y los ritmos panameños y afro cubanos que suenan por las calles mañana, tarde y noche, te hacen involucrarte con la fiesta seas de donde seas. Los disfraces más originales, fruto de meses de trabajo, aportan un gran colorido a las calles y cada cual te sorprenderá más. No unirse a la fiesta es una misión imposible esos días.
3. Las Tablas: una localidad para vivirlo intensamente
Si bien tanto la capital como otras zonas del país son buenas para vivir el Carnaval de Panamá, hay un lugar que destaca por excelencia y que te recomendamos visitar: Las Tablas. Esta ciudad en la provincia de Los Santos, es una de las preferidas para vivir el Carnaval de Panamá. La competición por los mejores disfraces y las carrozas más espectaculares entre dos calles, Calle Arriba y Calle Abajo centra gran parte de la festividad.
Cada una de las calles tiene sus propios desfiles y también sus reinas que desde pequeñas se preparan para hacer su sueño realidad: ocupar el trono de una de las calles. Eso sí, como requisito, deben ser tableñas.
Lujosas carrozas, tunas, desfiles, fuegos artificiales, culecos, polleras y las mejores galas, sin escatimar en esfuerzo, dinero ni trabajo durante todo el año, hacen de Las Tablas el lugar ideal para disfrutar del carnaval panameño. Un carácter localista y diferente a esta tradición que tanto los propios habitantes de la ciudad como los turistas nacionales y extranjeros viven intensamente.
4. Calor y playa en pleno febrero
Si prefieres el verano al invierno, en Panamá tienes la suerte de disfrutar de altas temperaturas en un mes que en Europa y Norte América requieren abrigo y bufanda. El calor de esos días se sofoca gracias a las mojaderas o culecos como se conocen en Las Tablas, que se encargan de mojar con mangueras, cubos o globos a personas del sexo opuesto como acto de picardía y diversión. Participan tanto niños como mayores y todos agradecen ese baño refrescante que crea un ambiente lúdico en Panamá.
5. Las Polleras también salen
La pollera es el traje típico nacional de Panamá. Un atuendo compuesto por camisa y pollerón con los detalles más lujosos cuyo precio ronda los 5 ó 6 mil dólares. Aunque el Desfile de las Mil Polleras tiene lugar en enero, durante el Carnaval, las polleras de cada año aprovechan para volver a lucir sus mejores galas, después de todo un año de confección e ilusión por desfilar con el traje típico del país.
Verlas en persona impresiona mucho más que hacerlo por televisión o en imágenes, y además su sonrisa y felicidad cuando se enfundan la pollera, contagia a cualquiera que se topa con ellas.
Entierro de la sardina
El entierro de la sardina no es más que un acto significativo para indicar que se han terminado las festividades del carnaval y que inicia el tiempo de cuaresma. Cada región celebra este acto de maneras diferentes. En la ciudad capital, el público y las reinas del carnaval salen “llorando y gritando” (en tono de farsa) mientras que adelante va una lata gigante de sardina (la sardina es muy común en la gastronomía panameña)y literalmente “entierran a la sardina”.
Para el interior, el entierro de la sardina no es más que “quemar los últimos cartuchos del carnaval” y demostrar que tuna tiene más lujo. En lugares como Parita, las tunas salen a las 5:00am, acompañadas de sus seguidores, con su carro alegórico del martes de carnaval y el disfraz utilizado en su coronación. Ambas tunas se “topan” en la plaza colonial, cada una en una calle, mirándose frente a frente, mientras que en el medio de ellos se encuentran los fuegos arltificiales de cada tuna que son quemados mientras las murgas tocan las mejores tonadas y las reinas bailan haciéndose mofas una a la otra (se mofan de la forma de bailar, de que si tienen o no tienen plata, etc…) Es una quema de fuegos contínua donde si una tuna se queda sin fuegos, automáticamente le da la “victoria” a la otra tuna.
Es por ello, que las tunas se preparan con patrocinadores (también llamados abanderados) y personas que aportan económicamente para que las tunas no se queden sin fuegos artificiales. El costo de una quema de fuegos un miércoles de ceniza puede variar entre los $5,000.00 hasta sumas de $10,000.00 hacia arriba, todo depende de lo bien preparada que esté la tuna.
Con información de The Panama Experience